La santa inquisición tiene antecedentes que no tienen nada en relación con el continente americano. Durante los siglos XIV y XV, se instituyeron en muchos países del continente europeo, hasta que se abolió, y terminó desarrollándose tan solo en Europa. Los reyes católicos, Carlos I (1516-1555) y Felipe II (1555-1598) instituyeron en 1478 la inquisición española, y nombraron como primer inquisidor general al fray Tomás de Torquemada. El propósito del tribunal era vigilar la sinceridad de las conversiones de judíos y musulmanes. Luego, gracias a las instrucciones y la pragmática de 1492, la vigilancia de los tribunales se extendió hasta el punto que vigilaban la vida privada de los frailes y fieles, con el propósito de detectar en ellos ritos secretos o costumbres en contra de la fe cristiana. Asimismo, también se condenaba la brujería, la homosexualidad, la adivinación, la bigamia, entre otros.
Hubo líderes protestantes, como el famoso Martin Lutero, que estaban en contra de la prohibición de la traducción del latín de la Biblia. Esto fue tomada por la iglesia como una amenaza, por lo que le otorgaron el poder completo al tribunal.
En 1569, con el propósito de salvaguardar las practicas en contra de la fe cristiana, el rey Felipe II creo el tribunal de la Santa Inquisición en Lima, también llamado el tribunal del Santo Oficio, el cual era una filial provincial del consejo de la suprema y general Inquisición Española.
Los primeros inquisidores en lima fueron Andrés de Bustamante y Serván de Cerezuela, impuestos por el virrey Toledo (1569-1581). Bustamante falleció, así que el cargo lo tomó Cerezuela. Cada distrito del Santo oficio contaba con su sistema de alguaciles e informantes. La Adquisición tenia atribuciones para adoptar medidas cautelares, detención, que solía incluir tormento, antes de emitir su fallo. Se ideó un sistema de tortura que buscaba dar dolor sin dejar mayores heridas. Aunque muchas de las razones por las que uno era castigado por la inquisición era por estar en contra de los dogmas religiosos, la Inquisición en un comienzo tenía como objetivo principal estar al tanto de los extranjeros, de la población “blanca” que incluía a los cristianos viejos así como a los de ascendencia judía. También se dedicaba a ver asuntos relativos a la moral pública o social.
Su propósito era mantener vigente la escala de valores aceptados por la población, los principios cristianos y los principios morales. Asimismo, una de las razones principales por las que estaban atentos a los extranjeros era porque desde años atrás, Inglaterra quería destruir el régimen político y militar de España, por lo que los piratas contaban con ellos, y los enviaban al nuevo mundo a espiarlos.
El tribunal limeño jugó un rol muy importante como mecanismo moralizador y corrector de las conductas alejadas acerca de los patrones relacionados con la ética establecida en la sociedad. Las dos terceras partes de las personas que adjuraban sus errores, se les añadía penas espirituales o el pago de multas, etc.
A los que no se arrepentían ante el tribunal, se les castigaba de una manera violenta y fuera de las normas de la ética, como ser quemados en la hoguera, asi como castigos torturantes de larga duración, por ejemplo, cuando eran atados de los brazos en el techo para que sientan el peso de sus piernas.
Bibliografía:
-Lima en el S.XVI, Laura Gutierrez Arbulu
- www.congreso.gob.pe/.../right03-1b.htm